Arena blanca o negra como la lava, mar turquesa, casitas blancas dispersas entre la vegetación árida. Este es el escenario que fascina de las islas Pelagie, el archipiélago más meridional de Italia en Sicilia, más cerca de África que de Italia.
Lampedusa, Linosa y Lampione componen el archipiélago de las "islas de alta mar", como las definió el griego Heródoto. Son islas muy diversas entre sí, donde sentirte en medio del mar Mediterráneo, entre dos continentes.
Esto es lo que puedes ver en las islas Pelagie.
Lampedusa
Es la puerta de Europa. Una isla árida e intacta, con un encanto salvaje. El mar es su joya más preciosa.
No encontraréis museos ni monumentos famosos, lo que hay para admirar en Lampedusa es la belleza de la naturaleza, donde a veces se oculta alguna ruina del pasado.
Partid desde el centro de Lampedusa, que se desarrolla a lo largo de la vía Roma. Muy animado por la mañana, para el desayuno, y por la tarde, a partir del atardecer.
Aquí se concentran tiendecitas, restaurantes y cafés donde se disfruta en las noches de verano con karaoke y música en vivo. En la capital de la isla se encuentra el Centro de Tortugas Marinas, un centro gestionado por voluntarios donde son atendidas las tortugas accidentalmente atrapadas por los anzuelo de pesca o por las redes. El centro también tiene una zona expositiva abierta al público durante los meses de verano.
Otros puntos de interés son: el obelisco Pomodoro, obra en bronce realizada por el famoso escultor Arnaldo Pomodoro; la Puerta de Europa, el monumento dedicado a los caídos en el mar; la fuente Cascella, obra en mármol de formas extrañas, dedicada a los pescadores.
Al alejarse del centro se puede alcanzar el Santuario de Cala Madonna, una iglésia excavada en la roca donde cada mes se celebran las ceremonias en honor a la Beata Virgen María de Porto Salvo. Allí se encuentra también un jardín exuberante y algunas cuevas que en el pasado sirvieron de refugio. La leyenda cuenta que en este lugar sagrado durante siglos cristianos y musulmanes han rezado y encontrado refugio subiendo desde el mar el barranco de la Madonna.
A la Beata Virgen María de Porto Salvo, patrona de la isla, también se le dedica una estatua de mármol inaugurada en 1993, situada en la cima de una colina, como para dar la bienvenida a los navegantes que llegan a Lampedusa. Cerca se encuentra el Dammuso Grande de Casa Teresa, el mejor conservado y más conocido de Lampedusa.
Los dammusi son las tradicionales viviendas de piedra de Lampedusa y Linosa, caracterizadas por un particular techo de cúpula que servía para recoger el agua de lluvia. Hoy Casa Teresa ha sido convertida en un museo de entrada gratuita para dar a conocer el estilo de vida rural de los primeros colonos de la isla.
Para disfrutar de un atardecer romántico, dirígete al Faro de Capo Grecale, situado a pico sobre el mar a lo largo de la costa norte de la isla. El faro también es el punto de llegada o partida de una hermosa carretera panorámica de 8,5 km. Quienes aman caminar pueden explorar también la zona forestal, un área inmersa en la naturaleza y rica en senderos desde donde disfrutar de vistas impresionantes desde algunos de los acantilados más altos de la isla.
Las playas de Lampedusa
Las playas de Lampedusa se encuentran casi todas a lo largo de la costa sureste porque la noroeste, muy alta, resulta inaccesible.
- Playa de los Conejos
El Caribe en Sicilia. La playa de los Conejos es la más hermosa de Sicilia y está considerada entre las más bellas del mundo.
Arena blanca, aguas poco profundas y turquesas y una ensenada de cuento, la playa de los Conejos os deslumbrará con luz y esplendor desde la cima del sendero que conduce a la playa.
Situada al suroeste de la isla de Lampedusa, la playa de los Conejos es una reserva natural protegida, por lo que no es fácilmente accesible para todos y por esto sigue siendo virgen. Se puede alcanzar a pie en 15-20 minutos de paseo a lo largo de un sendero inmerso en la vegetación mediterránea o por mar. Os encontraréis en una amplia bahía de arena clarísima frente a la cual se halla la isla de los conejos, un islote deshabitado con paredes rocosas empinadas donde vive la gaviota real y un tipo particular de lagartija. El islote está muy cerca de la costa y por tanto es posible alcanzarlo nadando o incluso a pie porque el fondo es muy bajo.
Paseando, por la arena, podríais ver las huellas de la tortuga Caretta Caretta que a menudo elige esta maravillosa playa para poner sus huevos. Y así, al entrar en el agua turquesa y cristalina, os encontraréis caminando sobre el agua en este rincón de paraíso donde los móviles no funcionan y el mundo parece lejano. Entenderéis por qué Domenico Modugno, quien aquí vivió la última parte de su vida, la definió "piscina de Dios".
- Otras playas de Lampedusa
Una de las playas más concurridas de la isla es la playa de la Guitgia, fácilmente accesible también en transporte público o a pie desde el centro.
Es cómoda y adecuada para niños pequeños. Una de las menos visitadas de la isla es la tranquila Cala Pulcino, una amplia playa de grava y arena, sin servicio y difícil de alcanzar por tierra. Cala Croce, en cambio, es una ensenada natural al este de la Guitgia, protegida de los vientos y donde el mar siempre está tranquilo.
Cerca se encuentra Cala Madonna, también protegida de los vientos y en parte equipada. Por su espléndido color azul y la increíble transparencia de sus aguas, la Tabaccara es conocida como la piscina natural de Lampedusa. Pero la playa solo es accesible por mar.
A los amantes del snorkel les recomendamos la Playa de Mar Muerto, una cala rocosa con una encantadora cueva submarina. Otras playas que no debéis perderos en Lampedusa son: Cala Spugna (también conocida como Maluk), Cala Greca, Cala Galera, Porto N'Tone.
- Escollera del Sacramento
Cerca de la bahía de la Madonnina, a pocos metros de los altos acantilados en el lado norte de Lampedusa, se alza la escollera del Sacramento. Es un imponente farallón que se puede admirar desde lo alto, recorriendo un sendero a lo largo del acantilado, o se puede alcanzar por mar. Merece un baño en las aguas color turquesa que lo separan, desde hace siglos, de la isla madre.
Linosa
En el centro del mar Mediterráneo, entre Sicilia y Túnez, se encuentra Linosa.
Una isla de origen volcánico, hermosa y salvaje, negra de roca volcánica, con sus costas altas, llenas de ensenadas y con sus volcanes apagados, Linosa es una de las islas menos turísticas y concurridas de Italia, perfecta para pasar unas vacaciones en plena tranquilidad.
Linosa constituye la cima de un cono volcánico, extinguido desde hace casi 2000 años, cuyas laderas se sumergen en el mar hasta unos 100 metros de profundidad.
La isla tiene una forma casi circular cuyo centro alberga aún el cráter principal, la denominada Fossa del Cappellano, coronado por otros tres conos: el Monte Vulcano (195 m), el Monte Rosso (186 m), el Monte Nero (107 m) y a los pies de este, un cráter más pequeño de 50 m.
La actividad volcánica ha cesado hace mucho tiempo, pero las antiguas coladas de lava han conferido al paisaje el característico color gris-marrón. El paisaje, inmerso en la vegetación mediterránea, entre acacias, higos chumbos y alcaparras, es ideal para los amantes del senderismo.
Por ejemplo, podríais alcanzar a pie la cima del Monte Vulcano, recorriendo un sendero fácil, apto para todos, inmerso en la vegetación mediterránea. Desde la cima de la montaña podréis disfrutar de una maravillosa vista de toda la isla.
El centro habitado de Linosa se caracteriza por bellas construcciones de colores pastel que se agrupan alrededor del pequeño puerto, desde donde parten las excursiones a pie, para conquistar las cumbres, o en barco. Luego explorad la isla en busca de las maravillas de la naturaleza. Las más conocidas son los Farallones de Linosa, un grupo de rocas que emergen del mar.
- Las playas de Linosa
Linosa alterna playas de arena volcánica con acantilados muy sugestivos, bañados por aguas turquesas y transparentes.
La playa más famosa de Linosa, y la única de arena, es Cala Pozzolana Di Ponente, una playa de arena oscura a los pies del monte Nero, incrustada entre altas paredes de roca pulida que se tiñen de matices ocre, óxido o marrón según la luz.
Es una playa pequeña, muy concurrida pero tranquila y fácilmente accesible desde el centro habitado de Linosa. Además, es a menudo el destino de las tortugas Caretta Caretta que aquí ponen sus huevos.
Otra playa que no debéis perderos es Punta Beppe Tuccio, un pequeño promontorio que junto a islotes menores crea una pequeña laguna.
Grotta del Greco, en el lado oriental de la isla, Cala Pozzolana di Levante y Punta Calcarella en el lado meridional son otras bellas playas de Linosa. Para los amantes del snorkel, los fondos rocosos son frecuentados por los buzos debido a la riqueza de la fauna marina. La mejor manera de admirar la costa de Linosa y darte un baño en las aguas más cristalinas es, por supuesto, participar en una excursión en barco.
Lampione
Lampione es un islote, de 200 metros de largo, 180 de ancho y con una altura máxima de 36 metros. La isla es tan pequeña que, según la leyenda, no es más que un gran bloque que le escapó a un cíclope.
Se encuentra al oeste de Lampedusa y junto a esta pertenece a la placa continental africana, a diferencia de Linosa que, en cambio, forma parte de la placa siciliana. La isla nunca ha estado habitada por el hombre en el pasado y todavía permanece deshabitada. El único elemento que atestigua la presencia del hombre en la isla es el faro que le da su nombre (en siciliano Lampiuni).
El faro es accesible a través de un pequeño sendero que parte de un muelle artificial en el mar. Los únicos habitantes de Lampione son animales: las gaviotas, entre las que se encuentra la berta mayor que nidifica en Linosa, la lagartija maltesa y un crustáceo terrestre de nombre complejo, el Armadillidium hirtum pelagicum, que tiene un aspecto extraño que recuerda a un animal prehistórico.
Las aguas que rodean la isla, en cambio, están pobladas de numerosas especies de flora y fauna mediterránea, entre las que se encuentran los tiburones grises, en peligro de extinción debido a la pesca del hombre. Lampione también guarda las rocas más antiguas del archipiélago de las Pelagie, de hecho está compuesta de calizas de mar bajo dolomitizadas, que datan del Eoceno tardío.
Para proteger y salvaguardar el patrimonio faunístico y florístico de estas zonas, el 18 de abril de 2000 se estableció la Reserva Natural Orientada Islas de Linosa y Lampione y en 2002 la isla de Lampione pasó a formar parte del Área Marina Protegida Islas Pelagie. Lampione puede ser alcanzada en una excursión en barco desde la cercana Lampedusa.
Qué comer en las Islas Pelagie
La cocina de las islas Pelagie propone los platos de la tradición siciliana y mediterránea. Aquí están las especialidades que no debéis perderos: pasta con sardinas, linguine con mariscos, risotto marinero, espaguetis con gambas, espaguetis con bottarga, ziti con sardinas y hinojo silvestre, espaguetis ca 'nunnata (espaguetis con peces recién nacidos de varias especies), pasta con lentejas de Linosa, cous cous de pescado y verduras.
Entre los segundos, claramente a base de pescado, probad la ensalada de gambas a la menta, el mero al perejil, los calamares rellenos, el pez espada al agua de mar.
Entre los dulces no perdáis los cannoli, cassata, granitas y brioche, tartas de uva y galletas con mermelada de higo. Acompañad vuestras cenas con vinos sicilianos y concluded con vinos dulces como Passito o Moscato de Pantelleria.
Cómo llegar y moverse por las Islas Pelagie
La manera más simple de alcanzar las islas Pelagie es con un avión a Lampedusa. Si os alojáis en Lampedusa os recomendamos alquilar un coche o un scooter para explorar la isla con libertad.
Si no, si os dirigís a Linosa, solo tenéis que tomar un hydrofoil en el puerto de Lampedusa que en una hora os llevará a destino. Linosa no tiene aeropuerto. Para moverse en la isla de Linosa, es posible alquilar scooters y bicicletas.
Solo los residentes tienen permiso para circular en coche. Por otro lado, se pueden alcanzar las islas Pelagie con los ferris que parten de Porto Empedocle, a pocos kilómetros de Agrigento.
Cuándo ir a las Islas Pelagie
El verano es claramente el periodo ideal para unas vacaciones de mar y sol. La primavera puede ser un buen momento para quienes aman el mar fuera de temporada y para quienes desean recorrer las islas sin la multitud del verano y con temperaturas más frescas.